miércoles, 9 de febrero de 2011

Acnè


Si eres un adolescente, es muy posible que tengas algo de acné. Aproximadamente ocho de cada 10 adolescentes tienen acné, así como también muchos adultos.

El acné es algo tan común, que tenerlo se considera parte normal de la pubertad. Pero el solo hecho de saber esto no siempre sirve cuando al mirarte en el espejo descubres un enorme grano. Afortunadamente, informarte sobre el acné y tomar algunas medidas sencillas al respecto puede ayudarte a sentirte mejor.

¿Qué es el acné y qué es lo que lo causa?
El acné es un problema de la piel que se manifiesta mediante diferentes tipos de protuberancias. Estas protuberancias pueden ser espinillas, puntos blancos, granos y quistes. El tipo de acné que tienen muchos adolescentes se llama acne vulgaris y generalmente aparece en la cara, el cuello, los hombros, la parte superior de la espalda y el pecho.

Los folículos capilares de la piel -o poros- contienen glándulas sebáceas (llamadas también glándulas aceitosas). Estas glándulas producen sebo, que es un aceite que lubrica el cabello y la piel.

A los adolescentes les sale acné debido al cambio hormonal que ocurre en la pubertad. La mayoría de las veces, las glándulas sebáceas producen la cantidad adecuada de sebo; pero a medida que el cuerpo del adolescente comienza a madurar y a desarrollarse, las hormonas estimulan las glándulas sebáceas para que produzcan más sebo y la actividad de estas glándulas puede ser demasiado intensa. Una gran cantidad de sebo y de células de la piel muertas, los obstruyen. Luego, las bacterias pueden quedar atrapadas dentro de los poros y reproducirse, haciendo que la piel se hinche y se ponga roja: es el comienzo del acné.

Cuando un poro está obstruido y se cierra, pero sobresale de la superficie de la piel, se produce un punto blanco. Si un poro está obstruido pero permanece abierto, la capa superior puede oscurecerse y se produce una espinilla. A veces la pared del poro se abre, permitiendo que el sebo, las bacterias y las células de la piel muertas se abran paso por debajo de la piel, lo cual produce una pequeña infección de color rojo llamada grano. Los poros obstruidos que se abren a un nivel muy profundo de la piel pueden causar nódulos, que son protuberancias o quistes infectados más grandes que los granos y pueden ser dolorosos.

En la mayoría de las personas, el acné desaparece casi completamente al final de la adolescencia. Y si tus padres han tenido acné cuando eran adolescentes, es más probable que también tú lo tengas.

¿Qué es lo que causa el acné? (Mitos acerca del acné)
El acné no ocurre por comer comidas grasosas como papas fritas o pizza, ser adicto al chocolate o beber gaseosas. Y el estrés generalmente no causa acné en los adolescentes (a pesar de que puede empeorar un acné existente, ya que el estrés aumenta la producción de sebo).

El sol tampoco ayuda a combatir el acné. Aunque un bronceado solar puede hacer que el acné parezca menos serio temporariamente, no va a ayudar a que éste desaparezca permanentemente. Y de todos modos, tomar demasiado sol no es una buena idea, porque más adelante puede causar arrugas y cáncer de piel. Así que no te arriesgues absorbiendo esos rayos, ya sean del sol o de una cama solar, en un esfuerzo por ayudar a mejorar tu piel.

¿Qué puedo hacer para evitar/combatir el acné?
Como ayuda para evitar la acumulación de grasa que puede provocar el acné, lávate la cara dos veces al día con jabón y agua tibia. No te frotes fuertemente la cara con una toalla, ya que el acné no puede quitarse restregándolo; de hecho, lo empeorarías irritando la piel y los poros. Trata de limpiarte la cara lo más delicadamente que puedas.

Si usas maquillaje o pantalla solar, asegúrate de que en la etiqueta diga "no contiene aceite", "no comedogénico" o "no produce acné". Esto significa que no va a obstruir los poros ni producir acné. Y cuando te laves la cara, asegúrate de dedicar suficiente tiempo a quitarte todo el maquillaje.

Si usas fijadores en aerosol o gel para el cabello, trata de que al aplicarlos no entren en contacto con la cara, ya que éstos también pueden obstruir los poros. Si tienes el cabello largo y te toca la cara, asegúrate de lavártela con bastante frecuencia para impedir que entre en contacto con el aceite del pelo. Y si después de clases tienes un trabajo en el que estás en contacto con aceites, por ejemplo, un restaurante de comida rápida o una estación de gasolina, lávate siempre bien la cara cuando llegues a tu casa. También lávate la cara después de hacer ejercicios físicos.

Existen muchas lociones y cremas de venta libre que contienen ácido salicílico o peróxido de benzol, que ayudan a evitar el acné y al mismo tiempo lo alivian. Puedes probar estos productos para ver cuál funciona mejor. Asegúrate de seguir exactamente las indicaciones y no uses más cantidad de la indicada en cada aplicación (tu piel podría secarse demasiado y podría lucir o sentirse peor) y antes de ponértela sigue las indicaciones correspondientes para ver si eres alérgico.

¿Y si de todos modos me sale acné?
A veces, aunque se laven correctamente y prueben ponerse lociones y maquillaje no graso, muchas personas igualmente tienen acné; y esto es completamente normal. De hecho, a algunas chicas que generalmente no tienen problemas de acné, les aparece acné unos días antes de tener su período menstrual. Este acné se llama acné premenstrual y aproximadamente siete de cada 10 mujeres lo tienen debido a cambios hormonales en su organismo.

Algunos adolescentes que tienen acné pueden obtener ayuda de un médico o dermatólogo (un doctor especializado en problemas de la piel) y tratar el acné con medicamentos recetados. Dependiendo del tipo de acné, esto podría incluir cremas recetadas que impiden la formación de granos, tomar antibióticos que eliminan las bacterias que contribuyen a provocar los granos, o, si se trata de un grado grave de acné, tomar medicamentos más fuertes como isotretinoína, o incluso someterse a una cirugía menor. Algunas chicas adolescentes consideran que las píldoras anticonceptivas ayudan a aliviar el problema de acné.

Si cuando te miras en el espejo ves que tienes un granito en la cara, no lo toques, ni lo aprietes, ni lo escarbes. Esto podría ser difícil, ya que puede ser muy tentador tratar de sacártelo. Pero si jugueteas con los granos puedes aumentar la inflamación hurgándolos o abriéndolos. ¡Además, el aceite de tus manos empeora las cosas! No obstante, lo más importante es que hurgar los granos puede dejar pequeñas cicatrices permanentes en la cara.

A veces me despierto con una mancha húmeda y pegajosa en mi ropa interior o mis pijamas. No es orina, ¿qué es entonces?


Es probable que hayas tenido un "sueño húmedo”, lo cual puede resultar vergonzoso y confuso para los adolescentes varones, pero es completamente normal. Los sueños húmedos también son conocidos como poluciones nocturnas. Nocturna significa “por la noche” y polución significa “eyaculación”. Este nombre tiene sentido porque los sueños húmedos consisten en la liberación de semen (el líquido que contiene los espermatozoides) por el pene durante una eyaculación mientras el joven está durmiendo. Usualmente, los sueños húmedos se producen durante los sueños que contienen imágenes sexuales. Algunos jóvenes se despiertan durante el sueño húmedo, pero a veces siguen durmiendo.

Los sueños húmedos comienzan en la pubertad, cuando el cuerpo comienza a producir más testosterona, la principal hormona masculina. Aunque algunos jóvenes pueden sentirse avergonzados o hasta culpables por tener sueños húmedos, no se los puede controlar ni evitarlos. La mayoría de los jóvenes los experimentan en algún momento durante la pubertad e incluso algunas veces en la adultez.

menstruación


El período de una joven, también conocido como menstruación, comienza después de que ella ha ingresado en la pubertad. En la mayoría de las jóvenes, la pubertad suele iniciarse entre los 10 y los 16 años, pero también es normal que en algunas comience antes o después. En promedio, las jóvenes tienen su primer período entre 2 y 2 1/2 años y medio después de que aparecen los primeros indicios de la pubertad (aunque el desarrollo de los senos suele ser la primera señal de la pubertad, en ocasiones aparece antes el vello púbico).

Otra pista que tal vez te ayude a descubrir cuándo podrías tener tu primer período es la presencia de flujo vaginal en tu ropa interior. Este flujo mucoso, transparente o blancuzco, suele aparecer alrededor de 6 meses antes del primer período.

Si te preocupa no haber tenido tu período todavía, pregúntale a tu mamá a qué edad tuvo ella su primer período. Las jóvenes que tienen su primer período más tarde que el promedio suelen enterarse de que sus madres u otras mujeres de la familia también ingresaron en la pubertad a una edad más avanzada que el promedio.

Lo que diferencia a la menstruación de otras características de la pubertad, como el desarrollo de los senos, es que nadie se da cuenta de que te está ocurriendo. Por lo tanto, nadie sabrá que todavía no has tenido tu período salvo que decidas compartir esa información. Algunas jóvenes quizá no tengan su primer período hasta que estén en la escuela secundaria y eso es absolutamente normal.

El solo hecho de que a la edad de 14 años no hayas tenido tu primer período no significa necesariamente que exista algún problema. Sin embargo, algunas jóvenes quizá no tengan su primer período por otros motivos. Las jóvenes que están por debajo de su peso normal o padecen trastornos de la alimentación, como anorexia nerviosa, quizá tengan un retraso en el inicio de su período. Las jóvenes demasiado atléticas quizá no tengan su primer período mientras no dejen de hacer ejercicios o competir tan intensamente. Tener mucho estrés o ciertas enfermedades también pueden retrasar la menstruación.

Además, es posible que una joven quede embarazada antes de tener su primer período. Cuando una joven queda embarazada, no tendrá su período hasta que deje de estar embarazada.

Si te preocupa saber cuándo tendrás tu primer período o crees que un problema de salud está retrasando tu menstruación, consulta a tu médico.

¿esto es mi cuerpo?




¿Te has preguntado esto alguna vez? Te estás vistiendo para ir a una cita y cuando sacas tus jeans favoritos, no puedes cerrar la cremallera. O estas corriendo por el campo de fútbol cuando te das cuenta de que tus piernas rozan la una contra la otra de una forma que nunca antes lo habían hecho. Quizás te miras en el espejo y parece que tus poros hubieran acaparado toda tu cara.

Si alguna vez te has sentido fuera de sintonía con tu cuerpo, no estás solo(a).

Creciendo de alto y de ancho (o no)
La mayoría de nosotros estamos preparados para lidiar con los cambios físicos obvios que son parte del crecimiento. Las niñas esperan que su pecho crezca y los niños esperan desarrollar musculatura. Pero el cuerpo generalmente atraviesa otros cambios antes, durante, y después de la pubertad - y algunas veces estos cambios pueden ser muy diferentes de los que tú esperas. Por ejemplo, ambos, tanto los niños como las niñas pueden notar crecimiento en lugares del cuerpo con los que están poco familiarizados, como los glúteos o la barriga. O también puede que cambien y sean más altos y delgados.

Algunas personas tienen una capa temporal de grasa en el interior de su cuerpo que prepara al cuerpo para el proceso de crecimiento. En otros casos, este cambio es permanente. Algunas personas comen comidas sanas, hacen ejercicio y aun así ganan peso. Otros comen todo lo que está a su alcance y se mantienen delgados.

Eventualmente, todo vuelve a su equilibrio y la mayoría de las personas se ajustan a la forma en que su "nuevo" cuerpo se siente y funciona. Pero esto puede llevar algún tiempo. Lo que les ocurre a las personas físicamente durante la pubertad puede influenciar cómo se sentirán acerca de sus cuerpos y sobre ellos mismos a largo plazo.

Uno de estos casos es el de Nikki. Ella era una bailarina muy buena que le había puesto el corazón a seguir la carrera que su mamá tuvo en ballet. Pero a los 13 años, Nikki creció algunas pulgadas y desarrollo el tipo de figura que muchas niñas desearían tener -salvo que fueran bailarinas. Las amigas de Nikki envidiaban sus curvas pero Nikki se sentía pesada y fuera de lugar. Nikki ahora que tiene 19 años, y dice que le tomó mucho más tiempo superar la falsa percepción que tenía sobre sí misma de ser una niña gorda, que olvidar su sueño de convertirse en bailarina.

Ajustándose a un nuevo cuerpo
Nos damos cuenta de cómo luce el cuerpo justamente alrededor del momento cuando nuestros cuerpos comienzan a cambiar. Esto puede hacer que sea difícil lidiar con los cambios físicos desde un punto de vista emocional.

Ajustarse a los cambios del cuerpo es algo más que acostumbrarse a cómo luce. Muchos adolescentes basan su imagen de sí mismos sobre cómo sienten sus cuerpos y cómo se desenvuelven. Hasta hace un año, Wes, de 15 años, era un corredor rápido en muy buena forma y en quien siempre se podía contar para que ganara las competencias de su equipo. Wes tiene ADHD, y algunos días parecía que correr era la única cosa que podía hacer bien. Así que cuando empezó a desarrollar un físico más compacto y muscular y sus marcadores de velocidad se hicieron más largos, la confianza en sí mismo de Wes sufrió un golpe inesperado.

Los cambios en la apariencia de nuestros cuerpos, la habilidad - incluso pequeños detalles como la forma en que olemos - son partes perfectamente normales del crecimiento. Así que ¿Qué es lo que puedes hacer para ajustarte física y emocionalmente a los cambios que trae tu desarrollo? Aquí te damos algunas ideas.

Atención - ¡No te compares!
Es natural que te fijes en tus amigos como punto de comparación. Pero no es una buena idea. Compararnos con otras personas es problemático porque cada persona se desarrolla de forma diferente y en distintos períodos de tiempo. Si atraviesas lo que se llama un estirón, un crecimiento rápido, puede que te sientas muy alto. Y al mismo tiempo tu amigo(a) puede que se sienta que él o ella es muy pequeño(a). Generalmente es más difícil para las personas que se desarrollan primero o más tarde.

También es una mala idea compararnos con las celebridades y las modelos. En realidad, la mayoría de las personas no se ven como la variedad limitada de cuerpos que ofrecen los medios de comunicación. (En realidad, las modelos tampoco se ven como lo que vemos en los medios: Muchos de esos cuerpos "perfectos" se ven de esa forma después de editar las fotos, no por su propia naturaleza.)

Olvídate de los anuncios de las revistas- en su lugar, ponte a ver las fotos de tu álbum familiar. Los anuncios venden fantasía, en lugar de realidad. Es fácil soñar con convertirse en un o una modelo de Abercrombie, pero dejar que las esperanzas y las expectaciones se salgan de nuestras maños sólo puede entristecer a una persona.

Las personas varían en términos de talla, altura y figura. La forma como el cuerpo se desarrolla depende mucho de la genética. Tu cuerpo está programado para hacer casi todo lo que el cuerpo de tus padres (o tus abuelos) hizo. Nikki, por ejemplo, se dio cuenta de ello, ella compartía el amor de su madre por la danza, y ella también había heredado su físico del lado de la familia que provenía de su papá.

Antes de que mires a tus familiares y sufras un ataque, considera que ellos ya no son adolescentes. El cuerpo de las personas cambia a medida que se van haciendo mayores. Pregunta por fotos de tus padres, tíos y tías cuando ellos tenían tu edad. Esto te dará la oportunidad de hablar con ellos sobre su propio desarrollo.

Otra cosa que debes recordar es que las personas tenían diferentes estilos de vida en la época cuando tus padres estaban creciendo. Si tu estás más interesado en los deportes de lo que tus padres estaban, tu te verás más en forma y con más musculatura. Y, por supuesto, lo contrario aplica con las personas que son menos activas de lo que sus padres fueron - lo cual es el caso de la mayoría de los adolescentes hoy en día.

Trata a tu cuerpo bien.
Tomar decisiones adecuadas e informadas sobre los alimentos y el ejercicio es parte de desarrollar tu propia mente y tu propia vida. Comer y ejercitarse de forma sana puede darte algún control sobre cómo se transformara tu cuerpo. Además, el ejercicio es un estimulante del humor. Si los cambios de tu cuerpo te están haciendo sentir triste o confundido, puede que te ayude salir a caminar, jugar con tu perro, o jugar al Frisbee con tus amigos.

Aproximadamente tres cuartos de todos los adolescentes dejan los deportes en el momento en que sus cuerpos se desarrollan. Generalmente ocurre porque los cambios corporales del desarrollo influyen sobre los deportes en los que van a competir. Aunque tu todavía puedes hacer cualquier actividad en la que estés realmente interesado(a), algunas personas prefieren cambiar a otro tipo de actividad. Wes invirtió su fuerza y su habilidad para correr en jugar al fútbol. Y Nikki pudo combinar su buena figura con su amor por la danza cuando descubrió la danza del vientre en la universidad.

Muchas veces las personas dejan de jugar deportes organizados en el bachillerato (high school) porque los deberes toman mucho tiempo o porque ahora tienen una vida social que ocupa gran parte de su tiempo. Este no es un buen momento para dejar de hacer ejercicio por completo. Utiliza este tiempo de cambio para explorar cómo se siente tu cuerpo al hacer diferentes actividades. Tomar clases de yoga o de artes marciales u otro tipo de actividades relacionadas con el estiramiento y el movimiento del cuerpo puede hacer que te familiarices con tu cuerpo.

Se amigo de tu cuerpo.
¿Sientes que has dejado de conocer a tu cuerpo? Igual que una amistad que crece y evoluciona, estar en contacto con nuestros cuerpos toma tiempo. Como los amigos, nuestros cuerpos a veces nos pueden decepcionar. Pero con un poco de trabajo y entendimiento, es posible recuperarse.

Tal y como sabemos los secretos de nuestros amigos, nosotros sabemos cosas de nuestros cuerpos que otras personas no saben. Por ejemplo, puede que tu pienses que tu estómago sobresale porque te pasas horas fijándote en él delante del espejo. Pero la verdad es que otras personas no se dan cuenta del mismo modo en el que tú lo has hecho.

Camina erguido(a) como una persona alta - ¡Aunque no lo seas! De lo que las personas si se dan cuenta es de cómo proyectas tus sentimientos sobre ti mismo. Si tu piensas que eres demasiado alto(a), será mucho más obvio si caminas encorvado queriendo parecer más pequeño(a). Si estás muy consciente de tus granitos en tu cara, esconderte detrás de tu cabello puede que esconda los granitos en tu mejilla, pero te veras extraño(a) e incomodo(a).

A medida que tu cuerpo cambia, puede ayudarte el mantener una buena postura y caminar con seguridad en ti mismo. Después de practicar esto durante un tiempo, probablemente te sentirás más seguro de ti mismo(a).

No hay mucho más que puedas hacer en cuanto a tu altura o tu desarrollo, pero puedes enfocarte en cosas que realmente te gustan sobre ti mismo. Puede que sea tu cabello rizo o el hoyito que se te forma en la mejilla cuando te ríes. O puede que sea tu forma tan especial de pensar en los demás o que realmente eres muy bueno(a) en hacer reír a los demás. Finalmente, cuando piensas en las personas que te importan más en tu vida, su apariencia física probablemente tenga poco que ver con cuanto los aprecias.

Curvas más adelante
De la misma forma en que te acostumbras a tu nueva figura, puede que vuelva a cambiar. Durante los últimos años de la adolescencia y en el comienzo de los años 20 (una vez más) es un período cuando el cuerpo y la mente comienzan otro proceso de cambio y madurez. Para ambos, las niñas y los ninos, esto significa rellenar el cuerpo un poco más para que lucir más como adultos y menos como adolescentes.

Esta es otra temporada durante la cual es importante convocar los poderes del ejercicio y los hábitos de alimentación saños: Probablemente hayas oído hablar de los "Freshman 15," con relación al primer año de universidad cuando las chicas y los chicos están a cargo de alimentarse por sí mismos por primera vez. Muchas personas que por primera vez comienzan a ocuparse de alimentarse por sí mismos comienzan a comer todo lo que quieren - generalmente comida rapida y comida para picar o merendar con un contenido alto en grasa. Por supuesto, muchos de ellos ganan peso porque permanecen más tiempo sentados y estudiando, y menos tiempo estando activos. Si ya has empezado a enfocarte en lo que comes y en cómo hacer ejercicio, puede que esto tenga menos probabilidades de sucederte a ti.

Si nuestros cuerpos tuvieran manuales de instruccion, nos dirían como mantenerlos limpios, proporcionarles combustible, y ofrecerles actividades estimulantes. Pero nuestros cuerpos son también como las personas, y se comportan de la mejor forma cuando son queridos.

Aprender a aceptarnos y apreciarnos ayuda a construir flexibilidad y fortaleza. Las personas que son flexibles tienen una mayor habilidad para lidiar con los problemas y recuperarse de las decepciones frente a las personas que no lo son. Las personas flexibles generalmente toman buenas decisiones y elecciones. Acepta y aprecia tu cuerpo, independientemente de cómo luzca ahora, y -como si fuera un buen amigo -¡puede que haga mucho por ti en agradecimiento!